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Cigarrillos electrónicos: ¿mejor que el tabaco?

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Cigarrillos electrónicos

Hace ya una década que aparecieron en el mercado los primeros cigarrillos electrónicos (o e-cigarrillos), importados a Occidente desde China. Desde entonces, el mercado ha evolucionado muy rápidamente. Hoy día hay cientos de dispositivos y miles de saborizantes. La variedad es tal que los cigarrillos electrónicos son ya uno más dentro de un conjunto que ahora ha pasado a denominarse ENDS, por sus siglas en inglés “electronic nicotine delivery systems” (algo así como “sistemas electrónicos de liberación de nicotina”).

El mecanismo de los cigarrillos electrónicos

Los cigarrillos electrónicos constan de un depósito que contiene la solución líquida de nicotina (aunque también se venden soluciones sin nicotina), una batería recargable, una resistencia que calienta la solución y la transforma en vapor y una boquilla a través de la cual se inhala el vapor generado. Debido a la generación de vapor como resultado de un proceso de calentamiento -y no de humo como resultado de un proceso de combustión- en el caso de los cigarrillos electrónicos se habla de “vapear” y no de “fumar”.

Riesgos de los cigarrillos electrónicos

Dado que se trata de un producto bastante reciente, aún no se conoce a ciencia cierta cuál va a ser el impacto de este nuevo hábito de consumo en la salud de la población.

Con los datos que se tienen disponibles hasta ahora, casi todos los expertos se muestran de acuerdo en que los e-cigarrillos son menos tóxicos que los cigarrillos tradicionales. Pero donde los expertos ya no están de acuerdo es en el uso que se debe hacer de estos dispositivos. Hay quienes defienden que, al ser una alternativa menos dañina para la salud que el tabaco tradicional, los e-cigarrillos deberían ofrecerse como una opción más para ayudar a aquellos que quieren dejar de fumar o al menos reducir el número de cigarrillos que fuman.

Otros expertos, aun reconociendo su menor toxicidad, advierten de que se desconocen los efectos a largo plazo sobre el tejido pulmonar de inhalar los solventes y saborizantes que contienen estas soluciones líquidas.

Qué dice la OMS de los e-cigarrillos

El gran temor de muchos expertos en salud pública es que estos dispositivos empiecen a ser vistos por la población, y muy especialmente por la gente joven, como algo inocuo, y acaben sirviendo como puerta de entrada al consumo de tabaco tradicional en personas que nunca antes habían consumido tabaco o que ya habían conseguido abandonar el tabaco definitivamente. No en vano, la Organización Mundial de la Salud considera, a día de hoy, que estos dispositivos ayudan a mantener o a crear un trastorno adictivo y desaconsejan por tanto su uso.

Cigarrillos electrónicos, ¿buenos para dejar de fumar?

A la luz de lo expuesto, no existen razones para fomentar, y sí para desaconsejar, el uso de cigarrillos electrónicos por parte de personas que nunca han fumado. Pero, ¿qué pasa con los fumadores? ¿Pueden servir como una herramienta que permita dejar de fumar? ¿Puede incluso aceptarse el cigarrillo electrónico como un “mal menor” en sustitución, al menos en parte, de los cigarrillos convencionales?

Los estudios ya realizados siguen sin permitir dar respuestas claras. Los hay que se contradicen abiertamente en sus resultados, planteando dudas sobre la rigurosidad con la que han sido realizados. No obstante, ya empiezan a aparecer algunos estudios más rigurosos, cuyas conclusiones intentaremos resumir.

Recientemente la prestigiosa revista British Medical Journal ha publicado un estudio en el que se señala que el aumento en el uso del e-cigarrillo en Inglaterra coincidía con una pequeña mejoría en el número de personas que lograban dejar de fumar. Concretamente, por cada incremento del 1% en el número de vapeadores, aumentaba un 0,1% el éxito en dejar de fumar. Se trata, sin embargo, de un estudio basado en encuestas, que no permite afirmar que una cosa sea la causa de la otra.

En cuanto a ensayos clínicos -que sí pueden establecer relaciones causales- una reciente revisión de la organización Cochrane concluye que hay ya una evidencia favorable, aunque estadísticamente débil, que apunta a que los cigarrillos electrónicos con soluciones de nicotina ayudan a dejar de fumar cuando se comparan con los que no llevan nicotina. En su revisión se incluye también un ensayo clínico que comparaba los e-cigarrillos con nicotina con los parches de nicotina, y el resultado en el número de personas que conseguía abandonar el hábito de fumar era similar en ambos casos (la evidencia del estudio también es débil, debido al pequeño número de participantes).

Seguridad de los cigarrillos electrónicos

La evidencia respecto a la seguridad a corto y medio plazo (hasta dos años) de los e-cigarrillos es más sólida que sobre su eficacia para dejar de fumar. La citada revisión, tanto de los ensayos clínicos como de estudios observacionales, no ha encontrado efectos adversos graves. El efecto adverso más frecuente consiste en la irritación de la boca y la garganta, efecto que parece desaparecer con el paso del tiempo. En cualquier caso, los autores de la evaluación insisten en que los datos de los estudios solo cubren un periodo de 2 años: la seguridad a largo plazo de estos dispositivos sigue siendo desconocida.

Otra cuestión diferente sobre la seguridad de estos dispositivos es la posible intoxicación grave que se puede dar si un niño ingiere el contenido de un cartucho de recarga. Lamentablemente, ya hay precedentes sobre los que el Servicio de Información Toxicológica ya ha alertado en España. En Estados Unidos, de hecho, ya se ha producido alguna muerte por esta razón.

Descifrando las señales de humo

Es más que probable que a medida que se vayan publicando los resultados de los ensayos clínicos que actualmente se están llevando a cabo, se aclare si estos dispositivos pueden ser útiles para dejar de fumar, y, si ese es el caso, su efectividad en comparación con otras intervenciones terapéuticas aprobadas para tal fin.

Los expertos en salud pública españoles consideran que aún se necesitan llevar a cabo muchos más estudios, rigurosos y de calidad, que permitan establecer cuál de las dos caras de los cigarrillos electrónicos es la verdadera. El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, por el momento, ni apoya ni recomienda su uso como una medida para ayudar a dejar de fumar y recuerda que en las farmacias existen productos de liberación de nicotina autorizados y aprobados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios como tratamiento en el proceso de deshabituación tabáquica: parches transdérmicos de nicotina, chicles de nicotina, comprimidos de nicotina para chupar, espráis de nicotina para pulverización bucal, etc.

Y por supuesto, siempre puedes recurrir a un profesional de la salud, para que te ayude a dejar de fumar y te aconseje sobre las herramientas terapéuticas que te pueden ser más útiles.