Generalmente se ha ensalzado la autoestima como algo muy bueno, se piensa que a más autoestima mucho mejor, algunas investigaciones sugieren que los estudiantes estadounidenses piensan que son algo bastante especial. Sin embargo surge la pregunta ¿puede demasiada autoestima hacernos menos exitosos y felices?
Desde que inició el movimiento de la autoestima, ha existido un aumento en la cantidad de estudiantes que se describen como “superior al promedio” en diferentes habilidades y en autoconfianza.
Los estudiantes han bajado su evaluación en otras áreas más colectivas como la cooperación, comprensión de los otros y la espiritualidad.
Lo interesante es que aunque los jovenes dicen estar más dotados en habiliades escritas, las pruebas señalan que han venido en picada desde los 60s. Y otro estudio señala un aumento del 30% en actitudes narcisistas en los estudiantes de los Estados Unidos desde 1979.
Se recuerda con nostalgia que la cultura promovía la modestia, la humildad y la no presunción, antes un vanidoso era mal visto.
El apreciarse equilibradamente puede ser positivo y justificado, pero es necesario compensarlo con otras cualidades como humildad y modestia. Así que no todo el que posee alta autoestima es narcisista.
Según algunos escritores la cultura narcisista actual tiene sus raices en varias tendencias, entre ellas el estilo de crianza, las redes sociales, la cultura de las celebridades y el crédito fácil, que ofrece a las personas la posibilidad de lucir más exitosa de lo que en realidad se es.
En los últimos veinte años se ha expandido la idea que tener gran autoconfianza, amor a si mismo, creer en si mismo, es la base del éxito. Sin embargo aunque es una creencia muy generalizada, lo cierto es que es falsa.
Un caudal de libros de autoayuda han promovido la idea que de todos nosotros podemos lograr grandes cosas, lo único que necesitamos es más confianza. Sin embargo hay muy poca evidencia de que una gran autoestima nos diriga a resultados positivos visibles.
Como recurso personal el autocontrol es mucho más poderoso y mejor documentado como una base de éxito personal. Es aconsejable que nos interesemos más en el autocontrol que en la autoestima.
Sin embargo es importante creer que lograremos lo que nos hemo propuesto, pero no es lo mismo que creernos grandiosos y muy especiales.
Los narcistas frecuentemente son encantadores y carismáticos, fácilmente establecen relaciones y demuestran más confianza en círculos sociales o en entrevistas para empleo. A pesar de todo sus perspectivas no son buenas, ya que eventualmente revelará que son egoístas.
Es común que cuando los narcisistan llegan a la mediana edad ya lleven una inusual cantidad de relaciones fallidas.
Otro asunto es que esta inclinación no es fácil de cambiar, los narcisistas regularmente abandonan las terapias.
Una visión desproporcinadamente positiva de si mismo no es un indicador de éxito, si son poco realistas respecto a sus expectativas sufrirán muchos más reveses.
A partir de los 60 y 70, cuando las expectativas empezaron a inflarse más, ha habido un aumento notable en la ansiedad y la depresión. Muchísima gente no alcanzará sus objetivos.