Las defensas a veces fallan y en lugar de protegerte pueden atacar por error las células sanas del cuerpo, provocando lo que se conoce como enfermedades autoinmunes.
No se conocen bien las causas que las provocan, pero se cree que es posible que algunos microorganismos (como bacterias y virus) o fármacos, podrían originar una serie de alteraciones que confundieran a nuestro sistema de defensas. Sí que se sabe que hay personas que tienen genes que predisponen a sufrir algún trastorno de este tipo y, que por este motivo, estas enfermedades tienden a ser hereditarias. Estas alteraciones pueden presentarse en cualquier momento pero son más habituales a mediana edad y entre las mujeres.
Síntomas confusos
Aunque siempre son las defensas las que fallan, no hay un patrón común entre ellas porque depende de los órganos afectados. Lo que sí comparten algunas son los síntomas, pero son tan ambiguos como la fatiga. Por eso muchas veces no es fácil diagnosticarlas y se requieren diversas pruebas. Hay más de 80 trastornos autoinmunes distintos, pero estos son los más habituales.
Diabetes tipo I
La diabetes se produce porque hay unos niveles altos de glucosa en sangre.
Diabetes tipo I, cuando el páncreas falla ¿La razón? Trastornos con la insulina, hormona encargada de que la glucosa que se encuentra en la sangre pase a las células.
Hay 2 tipos de diabetes, la tipo I y la tipo II. La segunda es más común y aparece por una resistencia a la insulina (hay insulina pero no hace bien su función).
Por el contrario, en la diabetes tipo I hay poca insulina porque las células del páncreas encargadas de su fabricación no «funcionan” bien. Y esto está provocado por las propias defensas que las atacan.
Este tipo de diabetes aparece ya en la niñez o en la juventud. Los fármacos que se usan en la diabetes tipo II son ineficaces y el enfermo tiene que inyectarse insulina.
Enfermedad inflamatoria intestinal
Con este nombre se conocen dos trastornos del tubo digestivo: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Se cree que están provocadas por algún microbio que “activa” las defensas originando una inflamación.
En la enfermedad de Crohn, la inflamación afecta a cualquier parte del tubo digestivo, de la boca al ano. Provoca dolor abdominal y diarreas sanguinolentas. Se trata con fármacos y a veces se requiere cirugía.
La colitis ulcerosa se localiza solo en el intestino delgado, aunque los síntomas son similares.
Artritis reumatoide
En esta enfermedad, los principales tejidos dañados son las articulaciones.
El trastorno comienza de lentamente, con dolores leves de articulaciones, fatiga y rigidez. Las articulaciones pueden mostrarse calientes y dolorosas.
Las muñecas, las rodillas, los dedos de las manos y los tobillos son las zonas más afectadas. Poco a poco se van deformando y limitando su movimiento.
Para el diagnostico resulta muy útil la determinación en sangre de lo que se conoce como factor reumatoide. Se trata con antiinflamatorios y los corticoides.
Otro trastorno que se manifiesta en forma de dolor en las articulaciones es la psoriasis, aunque se la conozca más por las lesiones en la piel.
Celiaquía, vivir sin gluten
En este caso, la diana del sistema inmune es el intestino delgado. En la celiaquía, se produce una reacción frente al gluten que provoca una lesión del revestimiento del intestino. Dolor abdominal, diarrea, estreñimiento, pérdida de peso y fatiga son algunos de los síntomas y eso puede dificultar el diagnóstico. Se trata suprimiendo el gluten de la dieta.
Hay otros trastornos que son crónicos y no son fáciles de diagnosticar
El lupus, imprevisible: le llaman la enfermedad de las mil caras porque puede afectar a cualquier órgano, aunque es más habitual que ataque a la piel y las articulaciones.
Para continuar el diagnóstico es útil encontrar en la sangre ciertos anticuerpos típicos de la enfermedad. En algunos casos puede estar provocada por fármacos.
Enfermedades del tiroides: algunas alteraciones de esta glándula tienen un origen autoinmune. Las más comunes son la enfermedad de Graves (la glándula produce muchas hormonas) y la tiroiditis de Hashimoto (fabrica menos).
Anemia perniciosa: se lesiona la mucosa del estómago, lo que dificulta la absorción de la vitamina B12, clave para fabricar glóbulos rojos.
Enfermedad de Addison: se encuentran afectadas las glándulas suprarrenales, encargadas de sintetizar algunas hormonas como el cortisol y las hormonas sexuales. Los síntomas son debilidad, fatiga, tensión baja…
Vitíligo: es una curiosa alteración en la que se dañan los melanocitos (células que dan color a la piel) y aparecen manchas blancas por falta de pigmentación.